Visitantes distinguidos de Albasinmadre

miércoles, 9 de febrero de 2011

MOVIMIENTO POSTUMISTA EN LA HISTORIA


ALEJANDRO PAULINO RAMOS


GOLPE DE ESTADO CONTRA EL SUMO PONTIFICE: JUAN BOSCH Y ANDRES AVELINO SE NEGARON
A SUSTITUIR A DOMINGO MORENO JIMENES
PUBLICADO ORIGINALMENTE EN LA REVISTA VETAS, DE LA REP. DOMINICANA.PRESENTACION
El 15 de diciembre de 1934, cuando todavía la dictadura no había logrado controlar por completo a la intelectualidad dominicana, un grupo de selectos escritores y poetas de la clase media, se reunió para transformar el Movimiento Postumista en una simple capilla, en un club cultural, y despojar a su máximo ideólogo y guía del cetro de Sumo Pontífice. Se llegó a decir, y se puso en boca de uno de los principales del postumismo, Rafael Augusto Zorrilla, que Moreno Jimenes iba a ser excomulgado, lo que llevó al director de la revista Bahoruco a escribir sobre el Maestro:

“Aunque se reúna toda la crítica del mundo y lo excomulgue él no se siente tambalear. Todos pueden anatematizarlo. El cree en si mismo con la fe del carbonero que es la que levanta montañas. Los demás aunque unánimes, son los que están equivocados. Y esta actitud suya es profundamente sincera.”

Una amplia conspiración se gestaba desde el Llano y desde la misma Colina contra Moreno Jimenes. La reunión donde se ejecutó el golpe de Estado fue convocada y sólo faltaron en el encuentro celebrado en la Colina Sacra (local del postumismo ubicado en la parte alta de la residencia de Rafael Augusto Zorrilla, José Martí número 74), Moreno Jimenes y Andrés Avelino, y aunque ambos fueron exaltados como símbolos del movimiento, algunos entendieron que con este golpe de Estado el postumismo estaba llegando a su fin.

En aquella mañana de diciembre de 1934, del domingo en que se ejecutó la asonada, muy pocos se quedaron en sus residencias. Concurrieron, leyeron versos para demostrar que ellos también eran “postumistas”, y al final levantaron sus manos: el despojo estaba consumado, aunque no todos estuvieron de acuerdo con la conspiración. Allí estaban presentes: Delia Weber, Manuela Jiménez, Livia Veloz, Orfelina y Selmina Vicens, y Amada Nivar de Pittaluga.

Entre los hombres se encontraban: Rafael Américo Henríquez, Rafael Andrés Brenes, Valentín Giró, Rafael Augusto Zorrilla, Luis H. Valdez, Ligio Vizardi, Eurípides Pérez Alfonseca, Pedro Landestoy, Horacio Read, Surcar Méndez, Jesús María Troncoso, Pedro Troncoso Sánchez, Julio César Castro, Dantón Rodríguez, Arístides Pino, R. Pérez Ortiz, M. A. Amiama, Gregorio González, Juan Bautista Pittaluga, Manuel Llanes Garrido, Pedro R. Contín, y Ramón Suriñach.
Fue electo por gran mayoría Sumo Pontífice del postumismo, para el período 1934-35, el poeta Rafael Augusto Zorrilla.
Cuando el período para el que Zorrilla fue electo llegaba a su fin, en Bahoruco apareció el siguiente comentario: “Hay quienes dicen que Zorrilla no entrega la tiara, en diciembre, argumentando que si Moreno tuvo doce años la sartén por el mango, por qué él la va a dejar a los doce meses. Además que la Capilla ha prosperado mucho bajo su mandato.”

En los primeros años de la dictadura, los poetas y escritores se encontraban parcelados en varias organizaciones culturales, siendo las de más prestigio El Paladión, Plus Ultra y el Postumismo, y las mujeres se encontraban organizadas en el Club Nosotras.

Plus Ultra y Paladión se fusionaron en Acción Cultural, y las mujeres intentaron darle vida a Acción Femenina, mientras que el postumismo quedó reservado casi exclusivamente para los poetas; pero la mayoría de ellos, aunque decían admirar y seguir el postumismo rechazaban a su máximo fundador.

Estaban de modas en aquellos días los Conchoprimistas, casi-escuela literaria lidereada por Juan Bosch quien había irrumpido en el ambiente literario a partir de 1931; en las tertulias se encasillaban todos los escritores, a partir de sus condiciones sociales, entre los del Llano y los de la Colina.

Esto era así, debido a que los del Llano residían en la zona colonial, Gazcue y Ciudad Nueva, sectores que eran entonces de clase media y rica, mientras que el vulgo vivía en la parte alta de la ciudad, especialmente en la barriada de Villa Francisca donde tuvieron siempre los postumistas su local de la “Colina Sacra”.

En 1935 los escritores y poetas del Llano barajaron algunos nombres para sustituir al Sumo Pontífice Rafael Augusto Zorrilla. “Unos hablan de Andrés Avelino, otros de Juan Bosch, que en este caso asaltaría la Colina con su falange de Conchoprimistas.”

Juan Bosch rechazó la propuesta y escribió una aclaratoria donde expuso su punto de vista sobre el particular:

“Si yo, como un perfecto intruso, tomara por asalto la sacratísima colina. Ahora bien, como el postumismo me ha interesado vivamente, hasta hacerme perder el sueño muchas veces, me creo autorizado para dar mi opinión en este enredo que los colinianos se traen ahora. Pienso que bien le vendría la tiara a Avelino, puesto que él es, del triunvirato fundador (Moreno, Zorrilla y Andrés Avelino), el único que hasta ahora no ha manejado la sartén (…). Si Avelino, como lo supongo, pues que está dotado de bastante equilibrio, no aceptara su nominación, estoy entonces con los poetas del Llano que pretenden llevar a Moreno Jimenes otra vez al gran sacerdocio.”

Andrés Avelino también rechazó la propuesta y un poco amargado de la situación que se estaba dando en el Movimiento, aclaró su posición definitiva:

“Declino a priori e irrevocablemente tal distinción que no he anhelado nunca por ser contraria a mi modo de pensar, a mi actuación en el arte, en las ciencias y en la vida. (…). Los cultivadores de la belleza relativa pueden seguir su campaña de pontificados, que no me inquieta. Sólo deseo que se me deje seguir al margen de la política literaria dominicana.”

En la sustitución de Domingo Moreno Jimenes en 1934, como Sumo Pontífice del Postumismo, se esgrimió como excusa mezquina, que este había prolongado su liderazgo desde 1917 hasta 1934, pero lo que tal vez no se percibió fue la sorda “lucha de clases” que envolvió el golpe de Estado litariario; de los tres primeros fundadores, Andrés Avelino, graduado ya de Maestro Normal, había sido profesor de la Universidad de Santo Domingo, Moreno Jimenes también era Maestro Normal y había sido profesor de la Universidad Popular y Libre del Cibao, un proyecto político educativo dirigido por Juan Isidro Jimenes Grullón, mientras que Rafael Augusto Zorrilla era propietario de una fabrica de blocks y mosaicos, y otro que los había acompañado desde principio de los años veinte, Andrés Brenes, era abogado; pero el más indigente de todos lo era Jimenes.

Moreno Jimenes era rechazado por su pobreza y por la imagen que proyectaba, lo que hacía que los intelectuales burgueses y hasta muchos de la Colina se burlaran de él. Ellos admiraban el movimiento postumistas y se sentían postumistas, pero rehuían la personalidad humilde del único poeta de esa generación que ha trascendido el tiempo y llegado con inigualable fortaleza hasta hoy.

Mientras Moreno Jimenes vivía acorralado por una espantosa miseria económica, Andrés Brenes dice en 1925, que Rafael Augusto Zorrilla era un burgués. En su escrito “Rafael Augusto Zorrilla, el discípulo maestro”, Brenes dice: “ese Zorrilla se ha vestido un traje amarillo, y se ha vuelto político. La cordura ha vuelto a él, y no piensa en versos: es un burgués que trabaja, gana un sueldo, como bien y aspira a hacer del presupuesto su mejor libro de versos”.
¿Pero como percibían los intelectuales y profesionales de entonces al fundador del Postumismo? ¿Cuál era la situación económica permanente de este?. Veamos algunos desgarrantes testimonios:

El venezolano Horacio Blanco Bombona, director de la revista Bahoruco, y quien había dirigido la revista Letras, donde se inició el Movimiento Postumista en 1917, dice sobre Moreno lo siguiente:

“Nuestro distinguido colaborador, el poeta Domingo Moreno Jimenes, dictó una interesante conferencia sobre temas literarios en San Pedro de Macorís, en el seno de la Sociedad Hermanos Deligne. Moreno Jimenes, que fue cesado en la Escuela Normal Macorisana, sin que se le pagaran los meses de vacaciones a los cuales tenía derecho, merece por su renombre y por su obra, consideraciones que hasta ahora oficialmente no se le han tenido”.

En otro número de Bahoruco, Blanco Bombona insiste: “Moreno Jimenes llega como siempre a la redacción de Bahoruco. Coloca su maletín inseparable en una mesa. Toma asiento y comienza a hablarnos maravillas de Santiago de los Caballeros.

Allí le acogieron con afecto; recitaron versos suyos en una noche de (…) en la Sociedad Amantes de la Luz. Aquello fue una apoteosis para el poeta postumista. “Hemos fundado la primera Universidad Popular de las Antillas en Santiago de los Caballeros”. Allí Moreno Jimenes dicta una cátedra de Estética. Es increíble que habiendo pasado por la Superintendencia de Instrucción Pública dos intelectuales sin envidias, sin egoísmos, con méritos propios, hayan visto con absoluta indiferencia a Moreno, cuya situación económica no admite espera: No se han utilizado los servicios de este destacado aeda nacional, que posee su título de maestro normal y que ha ejercido durante varios años el profesorado con idoneidad. Esa apoteosis que la acogedora Santiago le tributa es en el fondo una protesta por el abandono en que se ha dejado al alto poeta.” .

Enrique Jiménez, el Padre del héroe Enrique Jiménez Moya, escribió sobre Domingo Moreno lo siguiente: “Domingo Moreno Jimenes, nuestro más alto poeta, es único en Hispano América. Su originalidad arranca de inconcebibles y misteriosas profundidades cósmicas. El mismo, su doliente figura humana, es errabunda substancia cósmica hecha de tiempo sin espacio.

Quien desee comprobar este aserto no tiene más que detenerse y contemplar por un momento sus brotadas pupilas preñadas de un afán de infinito y que en nada se fijan; contemplar sus desacompasados movimientos, su andar indeciso y desequilibrado como si su pesado microcosmos quisiera salir de su centro de gravead, contemplar la desaliñada vestimenta que cubre su mísera substancia corpórea cual un plumaje de plomo que le impidiera volar (…).

Era de conocimiento público su “locura” por la poesía, pero era “un hombre que no prueba alcohol y que ignora las drogas. Acaso no se haya embriagado en toda su vida sino de sensualidad. Lo demás es el espectáculo del mundo al través del prisma de su temperamento.”

Rafael Andrés Brenes, destacado que fue también en el postumismo, en “El último breviario de Moreno Jimenes” describe la imagen del poeta y las burlas de algunos: “Una tarde, hace ya tiempo, conversaba yo, (…), con un miembro de la judicatura nacional (…). Cuando íbamos a separarnos, una persona, desde la acera vecina, gritó tres veces mi nombre: Brenes, Brenes, Brenes.- Tenía un sombrero ridículo sobre la frente; los ojos extraviados; la nariz pequeña; el bigote en desorden; la boca sensual, abierta en el último grito; del óvalo de la cara, asomaban las orejas pequeñas…Un cuello de tela, una corbata negra, un traje de dril oscuro, unos zapatos negros y empolvados; ésta era su indumentaria. En una mano, un bastón apuñado a media caña; en la otra, varios libros. Había extendido el cuello y su cara se destacaba del resto de su cuerpo. El Magistrado y yo nos habíamos vuelto.- ¿Quién es ese sujeto tan raro? Me preguntó aquel.- Es Moreno Jimenes –Ah! Exclamó y se sonrió irónicamente.- (…), cruce la calle, fui hacia mi amigo, lo estreché junto a mi corazón, y entre preguntas y respuestas seguimos, no importa la dirección, por aquella calle congestionada de gente.

Ha pasado mucho tiempo, pero aquel Magistrado que es la gran mayoría de un pueblo, no sólo se conforma con sonreír irónicamente ante Moreno Jimenes, sino, lo que es peor aún, en desconocer los méritos de este auténtico poeta -(negritas mías, A.P.R)-, cuyo nombre ha de fulgurar en un futuro que tal vez esté próximo, junto al de Rubén Darío (a quien supera desde muchos puntos de vistas) en el cielo de la literatura americana.

Todos los países latino-americanos se empeñaron siempre en que su representación diplomática y consular fuese confiada a sus poetas y escritores (…). En nuestro país se siguió la misma práctica; pero también como en otras partes, los más hábiles y los menos merecedores de esta distinción (ya que fue siempre distinción de política criolla) fueron los que sacaron mejor partido. Moreno Jimenes, naturalmente, nunca se encontró en el número de los favorecidos; su pan, hubo de ganárselo con más trabajo, pero en una misión más alta: el magisterio. Sin embargo, también en este sector tuvo siempre lugares secundarios, y siempre que, (como en el presente caso, se presentó la oportunidad de ir a la dirección de una escuela, el arrivismo se confabuló con la incapacidad, no solo para mantenerlo en un lugar secundario, sino hasta para idear su expulsión del cargo que hoy honra. Pero, ninguna de estas miserias de la vida salpica la blanquísima toga del poeta. (...).

Dentro de una miseria que le redime, por su propio esfuerzo único, edita “El Día Estético”, revista de cultura americana, que es voz y eco de la ciencia y del arte, en el amplio horizonte de América. (…).

Esta era la situación de Domingo Moreno Jimenes al momento del “golpe de Estado”, y se puede decir que así murió décadas después, sin embargo, como dijo su protector de la revista Bahoruco: “Moreno ha recorrido el país en todas direcciones con su maletín. Ha visto morir el sol en Higuey y en Sábaneta. Si en Lugar de “El Día Estético” vendiera cocaína ya hace mucho tiempo que este trashumante de su isla, estaría rico”.

Pero su dignidad tocaba el cielo, y los que sintieron aversión hacia él, grandes e importantes poetas de su tiempo, impulsados más por su estatus social que por el valor de sus poesías, hoy son tristemente casi-desonocidos en la historia de la poesía dominicana, mientras que él, pobre y casi excomulgado, brilla como el sol dotado de una fuerza centrifuga digna de tomarse en cuenta.

Ahora disfrutemos de este plato fuerte de la historia de la literatura dominicana que todavía no ha sido contada
.

1 comentario:

  1. Buenos días señor Randolfo Ariostto. Agradezco sinceramente que usted haya publicado mi ensayo sobre el Movimiento Postumista en su interesante blog. De eso se trata, de que todos tengamos acceso a los temas de interés, por lo que puede escoger dentro de mis escritos los que usted considere de su interés y publicarlo en su página. Sólo me gustaría que, dentro de lo posible, acompañara la publicación con el link de mi página o de mi blog, de modo que los usuarios del suyo estén informados de las fuentes o que tengan también la oportunidad de acceder a mis espacios. Muchas gracias y adelante, que su blog está muy interesante. Alejandro Paulino Ramos, www.historiadominicana.com.do y www.historiadominicana.blogspot.com

    ResponderEliminar