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lunes, 7 de febrero de 2011

Noche de atabal. A proposito del Segundo Festival Nacional de Narradores Matalarga, San Francisco de Macorís, febrero del 2011.

Dedicado Noé Zayas, Valentín Amaro, Angela Torres,
Manuel Salvador Gotier 
P. Rodríguez, la Fundación Literaria Anibal Montaño.

Soy un hombre retraído, con raras inclinaciones en la vida y en el arte que me llevan a comportarme de manera decidida cuando la situación lo amerita. Sorprendido por la sinfonía de cueros y palos, me fue imposible permanecer ajeno al repicar de aquellas manos de hombre joven y robusto sobre la piel de un chivo o una vaca cuya cadencia aportaba el ritmo del atabal . Una muchacha con voz lagrimosa entonaba: "Oye Yemayá, quítame lo malo, quítame lo malo, y échalo en el mar" acompañda de flauteros, maraqueros y un artista de juventud acumulada que vociferaba fraces obcenas con evidente imaginería poética. La fotógrafa apareció ante mis ojos tendida sobre la grama con la lente direccionada hacia el joven del atabal. Ella era la imagen de la candidez: sencilla, denotaba pasión por su arte, de apariencia jovial. Estoy perdido, esta muchacha es una bomba. P. Rodríguez se dejaba acorralar por los movimientos de Daysy Toussain, una morenita delgada con labios a lo Angelina Yoly. Yohanna Díaz daba cátedras de expontanea flexibilidad con sus caderas segida de los muchacos del Taller de Narradores de Santiago. Por la Fundación Anibal Montaño, Marles Indira consitaba la atención por su fuerte contetura. Manuel Salvador Goutier ponía de manifiesto la imagen de la postmodernidad, manos agitadas al aire, entre dos beldades que se agitaban con sabrosura, mientras Fari Rosario, Basilio Belliar y Daniela Cruz defendían la imagen del escritor intelectual. Noé Zayas y Alcedo formaban un cuarteto fantástico junto a Valentía Amaro y Angela Torres.  La fotógrafa cedió a la melosa sonoridad de las salves: se movía, sonreía, alzaba las manos a lo Manuel Salvador Goutier y fotografiaba con su cámara y con aquella media luna creciente horizontalizada en su boca. Me acerque con valor: te gusta el vocka? Sí, tienes? Detras del baño de damas el Angel Negro escondió una botella, guárdala en tu habitación. La fotógrafa se alejó, tardaría media hora en regresar a la escena y al fin podía concentrarme en conquistar la atención del hermoso joven que tocaba el atabal.

Randol Arisotto.

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